No se puede pedir más...
-No sabes los que puedo hacerte… - una mirada llena de fuego ahondó en la intimidad del muchacho, que, hasta aquel momento, había mantenido la mirada seria durante todo el tiempo transcurrido…
-No eres capaz de hacerlo – le dijo, enderezando un poco la postura y mostrando media sonrisa.
-No me vengas ahora con eso… sabes perfectamente de lo que soy capaz- una mirada que sobrepasaba el límite de la coquetería se anidó en el rostro de la muchacha.
- Por eso mismo, confío en ti – la sonrisa se hizo aun más amplia y sus ojos destellaron al saber que había ganado la batalla.
- Pues, estás en lo correcto… por más que ocupe todo mi arsenal de encantos,– se rió de si misma al soltar tal alabanza- jamás lograré que tu fuerza de voluntad flaqueé.
-Eso es parte de mis más grandes virtudes
- Si, pero es eclipsado por tu sobrenatural forma de amarte a ti mismo.
- Pero te amo a ti, ¿no es verdad?
-De eso no estaría tan segura – la sonrisa desapareció, para ser reemplazada con una mirada un poco amarga.
- ¿Crees que podría enamorarme de dos a la vez? – El joven levantó una ceja inquisidora.
- No exactamente…
-Explícate.
- Bueno, no creo que seas capaz de engañarme, pero a veces dudo de tu realidad, de que realmente estés aquí, conmigo – Un chispazo de comprensión cruzó entre ambos.
-Creo entender… por favor, no empieces con eso de nuevo.
- Pero es así como me siento siempre – El labio inferior de la chica sobresalió un poco, en una mueca a la cual el joven no se podía resistir.
- Oh, ven acá – La abrazó con ternura y comenzó a acariciar sus cabellos – sabes que te puedo llegar a amar más a ti que a mi propia vida, tan sólo una de tus miradas me atrajo como un imán… si te quise a mi lado fue por algo, y si luché por ti también.
- Lo sé, mi muchacho, es sólo que… es tan complicado.
-Vive la vida, dulzura, no pienses demasiado las cosas… simplemente confía, mira mis ojos. ¿Ves algo de lo que debas desconfiar?, dime ahora si ves esa chispa de maldad y simplemente me iré. No soportaría hacerte el más mínimo daño.
-Me harías más daño si te marchas…- Apretó sus brazos alrededor de su cuello y le besó con dulzura y a la vez, cierta pasión.
- ¿Ves lo que provocas? – Dijo el chico después de unos segundos – Haces que hable cursilerías
- ¿Me dices ahora que te arrepientes?
- No, pero sabes que me sonrojo al decirte estas cosas – Respondió tocándose las mejillas.
-Si, claro, tú, el más vergonzoso – Le dijo ella sonriendo, y lanzándole un cojín a la cara.
- Por supuesto, por eso te fijaste en mí – Dijo, mientras se escondía y volvía a aparecer desde detrás del cojín.
- Sii, claaroo… ahora di que sin ti estaría perdida, recuerda que tenía muchas opciones, no me iba a faltar uno que otro hombre por ahí… - Le mostró su lengua con picardía.
- Pues entonces no lo diré, pero conste que eso es verdad – le dijo lanzándole el cojín de vuelta, mientras ella lo esquivaba y caía al suelo.
- ¿Qué cosa? ¿Qué puedo vivir sin ti o que estoy perdida si tu no estás?- Ella levantó una ceja.
-Pues claro que la segunda- Y se echó a reír. Ella tomó otros dos cojines y la pelea comenzó de nuevo, sus risas llenaron el aire, mientras contagiaban a la primavera naciente con su frescura y vitalidad de adolescentes.
wou esa historia me trae recuerdos muy hermosos y gratos ^^... es muy cierto cuando dices prometo que nunca te olvidaré, las cosas buenas nunca se olvidan :)
Otra historia de amor
- Me prometes que te quedarás a mi lado??
-No sé si puedo hacerlo - Le respondió él.
- Por favor, sólo inténtalo - Le dijo, abrazándolo.
- Sabes que no soy bueno con las promesas
- Ya llevamos casi un año y medio juntos, no es suficiente para ti??
- No realmente - Ella le observó fijo, y de pronto se alejó.
- No me malentiendas mi vida - le dijo mientras la volvía a acercar a su cuerpo - Es sólo que había estado tanto tiempo solo....
- No empieces con eso de nuevo por favor.
- Te amo, creo que puedo decirlo, pero... tengo miedo...
- De qué?... de mí, acaso.. tu sabes que te sería fiel siempre - Y diciéndolo, ella se sentó en el sillón de la habitación
- Sé que me amas, sé que me serías fiel ayer y hoy, pero y mañana?
- Crees que soy tan voluble como para cambiar de opinión asi de rápido? - Su rostro mostró enfado.
- No, pero y si de pronto aparece alguien más?? y si, de pronto tu me quieres dejar sin razon?? Considera que un día te prometiese estar a tu lado, y no pudiera, por cualquiera fuese la circunstancia; me sentería como un imbécil, estaría rompiendo mi promesa.
- Oh, amor, esos son detalles, lo entendería.
- Lo entenderías en el momento? - Su mirada fue tan profunda, que ella dudó.
- No lo sé...
-Ves? ahí tienes, por qué no conformarse con el amor del presente, asi las despedidas, si es que suceden son más fáciles
- Ni tu mismo puedes disfrutar del presente con esas ideas tontas.
- Ideas tontas... - De pronto se enardeció y miró a la joven con ira - Sólo te digo lo que tu y tu forma de ser tan... suave, jamás consideran.
-Cómo puedes vivir asi?? tomando cada minuto como si fuera el último de una existencia feliz?? eso es de locos, es de gente sin alma... no sé, me preocupa...
- Bueno, si estoy loco, sencillamente vete... no vale la pena que estes aquí desperdiciando tu tiempo - Y le dio la espalda.
- Cómo haces para a veces explotar con una pasión que cualquier mujer desearía y otras eres tan fría. glacial como hielo.... yo.. yo... no sé.. que hacer contigo - Comenzó a sollozar.
- No quiero que llores, sólo vete- Le dijo sin mirarla.
- De verdad, a veces, te odio... cuando te pones asi, no eres tú.
- Y que sabes tú de quién soy??
- No.. no quiero estar aquí, contigo, pero sólo quiero decirle al muchacho del cual me enamoré, que lo amo y que ojalá vuelva para quedarse - y llorando, salió de la habitación.
Vueltas, tal vez fueron cien las que se dio recostado sobre la cama, sin poder conciliar el sueño, sin poder controlar el llanto que, recien desatado, le estaba haciendo trizas la cabeza y el cuerpo... apenas si quería moverse, estubo tumbado varios días.. hasta que, por fin, se sentó en la ventana a observar la calle... y pasaron las semanas y los días, hasta que, una tarde de lluvia vio aquel paraguas, ese que tan bien conocía; de lunares verdes en un morado vivo, contrastaba perfectamente con el día gris... Saltó las escaleras y salió a la calle... allí estaba ella, ahora sorprendida por verlo a él corriendo el trecho que había desde la puerta de entrada hasta la reja, le vio abrirla con torpeza y precipitarse sobre ella. Luego comenzó a besarle el rostro: las mejillas, la frente y, finalmente los labios, se entregó por completo, ella dejó caer el paraguas y el bolso y lo abrazó fuerte mientras se dejaba llevar por aquel beso.
- Te amo, te amo - Le repetía una y otra vez - siento haber sido tan estúpido, quiero que tu dulzura me inunde, por favor, quédate conmigo, por favor, estos días vacíos he apuñalado cada pedazo de hielo y ahora, todavía frio quiero que tu y tu amor, tu tierno y sincero amor, me llene otra vez.
- He pasado cada tarde que pude por aquí esperando verte, precisamente hoy, estaba a punto de tocar a la puerta para verte.
- Aquí estoy ahora, mi vida. Te prometo no fallar nunca más, quiero ser diferente, pero deberás ayudarme
-Siempre y siempre - Y el aroma de la lluvia y de un cálido beso, inundó el aire.
Notas de la autora:
* El personaje principal... pss me cae mal ¬¬ XDD... es extraño porque yo lo cree, pero bueno...
* Se preguntaran como es que no le robaron el bolso a la chica; bueno hay dos razones: la primera, estaba lloviendo y a los ladrones les da miedo mojarse XD y al segunda ES UNA HISTORIA!! la gracia es que estas cosas no pasen en una historia romantica.
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