jueves, diciembre 03, 2009

Colores



Ya ha pasado una semana desde que todo comenzó a brillar para mí, una luz intensa ha comenzado a inundar mi más triste noche gris, porque en Bavard, mis deseos son una realidad... y si, esto fue un deseo, que salió mejor de lo que esperaba, yo quería un amigo, alguien que abriera mis posibilidades, alguien que pudiese hasta arrancar de mi corazón y del centro de mi mente a Nico, y llegaron dos alguienes: Andrés y Pedro, creí que el primero sería el "príncipe" que podría arrancar de mí a ese monstruo que ya comenzaba a atormentarme y no dejarme en paz.... Pero estuve muy equivocada.... fue Pedro quien apareció, quien me conquistó con su rostro dulce y sus palabras lindas, fue él, el que alguna vez vi en mis sueños, el que nombraba en la inconciencia y que estaba unido a mí por el mismo camino... Monstruo dulce y hermoso!!, has osado embrujar mi corazón y hacerme tu esclava, porque ahora te amo, tal vez demasiado, tal vez más de lo que se debe amar a alguien en tan poco tiempo, pero lo hago.... me haces sentir especial, tú y tus abrazos tiernos, tú y tus besos que tanta pasión traen dentro... eres ese al que amo hoy, al que no voy a olvidar, porque has sido el primero en plantar su bandera en mi joven corazón.... te amo, que más podría decirte??, eres lo que yo esperaba y lo que soñaba tambien, no tienes ni más ni menos de lo que quería, eres la medida justa, la cosa perfecta, no te abandonaría porque te quiero, además, como un amigo de todo la vida aunque te conozca hace tan poco tiempo... te amo y es innegable, eres único e irrevocable...

El bendito placer de mirar aquellos ojos de tierra y verde,
la brisa fresca de ternura que emana tu pelo,
la calidez de tu beso y tu abrazo firme,
la certeza de ver en tu boca una sonrisa complaciente,
y saber que te pertenezco y me perteneces,
que nuestro amanecer apenas comienza,
que tanto tú como yo respirabamos el mismo aire
incluso antes de sabernos existentes.

Tú que eres mi romeo,
ese que esperaba en la ventana de su julieta,
que por mirar el horizonte,
perdida en su mundo onírico,
no vio a quien estaba en su ventana,
torpe distracción la de sus ojos!
porque cuando cayó su mirada a la tierra
vio por fin los colores del arcoiris,
reflejados en las dulces palabras de su romeo enamorado,
aquel que la embrujó para siempre
y que dejó su huella en la existente palma de su mano.